Siempre había defendido el derecho a equivocarse. El derecho a intentarlo y tropezar. El derecho a cagarla. Y eso fue lo que hizo, saltó con lo puesto y dejó atrás todo sabiendo que era difícil pero que quería intentarlo. Se rompió la cara, como todos habían previsto cómodamente desde sus sofás. En el baño, aprovisionado de algodones y gasas, se miró al espejo y se dijo que al menos ahora contaba con una certeza, que la incertidumbre y el miedo no le volverían a quitar el sueño por la noche. Con mucho dolor y un tanto forzadamente, sonrió. Desolado, descubrió que sus encías estaban vacías y que el poco marfil que quedaba en ellas estaba empapado de sangre.
Anaaaaaa…
En serio, ¿has vuelto?
al menos vuelves a escribir aquí y eso no había previsto nadie
Uno de los blogs que más echaba de menos en mi reader 🙂 Hola de nuevo
Welcome back!
Ha sido una larga travesía del desierto, pero al fin los mass media te han permitido asomarte de nuevo a esta ventanita.
Permaneceremos atentos a sus peripecias.
Encantado de ver que vuelves a este remoto lugar 😉
Un día hubo una hecatombe, pero los demás al alrededor de uno que miraba como el cielo se desplomaba sobre la cabeza de todos, parecían ignorarlo. Al final era que solo llovía.
Con comprarse un chubasquero…
Bien por la vuelta del mejor de los blogs.
El mundo es de los osados… Siempre he pensado que lo peor es arrepentirse de algo que no se ha hecho. La sensación de «tren que pasó y nunca volverá» es siempre mucho peor que la experiencia de lo vivido…
¡¡Un hurra por las valientes!! ¡¡Un rayo de sol en tiempos inciertos!!
Hola desde Edimburgo. No habia escrito nunca pero me he alegrado hoy al ver que has vuelto.Siempre hay que ser valiente. Un abrazo
Jo, ¡no esperaba esto!
Hola a todos, os he echado de menos.
¿Qué esperabas, alma de cántaro?